2 de abril de 2010

Dios escucha todas las oraciones. A veces responde que sí, a veces que no, y a veces dice: "¿Estás bromeando?". - Jimmy Carter #Quote

Estamos en tiempos de pascuas, tiempos en los cuales la mayoría de la gente va a una iglesia pensando que es suficiente para resarcir sus errores; rezan, se arrodillan y hasta lloran. Cuando las ves en esas acciones piensas: relámete se han arrepentido. Así que tú, realizas tu ritual de forma más privada y menos extrovertida, pero de igual efectividad, total la idea es arrepentirse y prometer no hacerlo de nuevo, sea lo que sea que hayas hecho y pedir y dar las gracias por lo que tienes y por lo que no tienes también. Sales del templo de Dios, más relajado y tranquilo, vas en Paz, pero (como siempre en esta vida no hay pero que falte), al salir de la iglesia hay una gran cantidad de gente, y sin querer te tropiezas con la persona que hace unos breves instaste estaba de rodillas, llorando e implorando perdón. Más te vale que no te hubieses atravesado, puesto que esa persona, no solo termina por insultarte, sino que hasta se mete con la mujer que te trajo a este mundo, y a grito entero, porque eso si, tiene voz de cantante de ópera, sin refinar. Es entonces cuando entras en shock, no sabes que hacer, y por instinto te vas, no huyes solo te retiras para evitar algo más violento, lo haces como defensa. Mientras te alejas comienzas a preguntarte: era esa la persona que vi en la iglesia, arrodillada, y demás dramas? Sí, lo era. Que fue entonces lo que le ocurrió para que estallara de la forma que lo hizo? Fue un tropiezo sin intención alguna, además no le cause ningún daño físico. Por que entonces, alguien que está en un estado de humillación en un momento dado, como en el que estaba esa persona en la iglesia, cambia su estado a la agresión? Cual fue el detónate de su cambio tan radical?

Algunos, tal vez nos detengamos a pensar y tratemos de respondernos a nosotros mismos tales interrogantes, otros simplemente, los ignoran.

Yo diría que, esa clase de personas tienen un problema, cual exactamente no lo sé, no soy psicóloga ni adivina para saberlo, pero sin duda alguna lo tienen.

La Semana Santa, es un tiempo que no solo es para vacacionar de nuestras acciones cotidianas, sino también para meditar. No importa la religión que sigamos o seamos, lo importante en estas pascuas, es tener la valentía de hacer una introspección de nosotros mismos. De mirarnos adentro y estudiarnos, hablar con nosotros mismos. Recordemos que Dios está en todas partes, está en cada uno de nosotros, él está en ti y tu estas en él.

Lo que la mayoría de las personas busca siempre es la Felicidad, que la verdad es difícil de encontrar, más aun en esto tiempos. Claro está, que hay que saberla buscar. Porque la felicidad no está afuera; no está en la calle, no está en la playa, no está en la disco, no está en otros. “La Felicidad, está en ti”. Lo que encontraras afuera, son medios de distracción que te quitaran el aburrimiento de lo cotidiano de forma breve. Pero créeme, que si vivieras en la playa de una isla, como el naufrago, querrías regresar a la civilización, porque quieras o no, el ruido de la ciudad hace falta de cuando en vez.

La felicidad real, radica en conocernos a nosotros mismos, en saber que queremos realmente y porque lo queremos. Se trata de encontrar nuestra propia verdad. No importa lo que los demás piensen, digan o hagan. Lo realmente importante es que somos nosotros, nuestros propios guías, somos nuestro mejor crítico, y nuestro peor alcahuete. Porque entre más nos critiquemos con conciencia, mejores seres. Y entre menos nos alcahueteamos, menos perezosos seremos. Creo que es un cuestión de equilibro, ni tan tan, ni muy muy.

Después de toda el parloteo que he escrito aquí. Podría decir que nuestra vida debe de ser igual a nuestra verdad, no es una terea fácil, pero tampoco es imposible. Además, nada en esta vida es fácil y que aburrido seria si fuese así.

Volviendo con el personaje desconcertante de la iglesia, esa persona con drama de arrepentimiento en pleno altar, y con la agresividad fuera del mismo. Me da a entender que su arrepentimiento es superficial y que nunca ha inspeccionado en su alma, ni en su ser interior. No se conoce a sí misma y tiene miedo de hacerlo y de que alguien más lo haga, tal vez es por ello que se vuelve agresiva cuando se siente vulnerable. Esta sería entonces una persona inestable e inconforme, nada le place ni nada le llena como ser humano. Simplemente, porque todo lo busca afuera y nada busca en sus adentros.

En fin, creo que las pascuas son para ver más allá de lo que vemos en nosotros mismos. No para llorar sobre la leche derramada. Sino para meditar y conocernos a nosotros mismos un poco más.

Bueno, eso es todo, por hoy. He de aceptar que no me es fácil escribir y menos aun publicar en un blog las tonterías que puedo escribir. Pero heme aquí, escribiendo mi primer post. Se aceptan críticas y comentarios, sin ofensas por favor.

Gracias.



Share/Bookmark